El abordaje del mercante So San fue una operación militar realizada por parte de un grupo de la Unidad operacionesespeciales de Infantería de Marina de la Armada Española que tuvo lugar el 9 de diciembre de 2002 en el Golfo de Adén, en el Océano Índico, frente a las costas de Yemen.
Informado el grupo de combate por la inteligencia norteamericana de un buque sin bandera sospechoso de llevar armas a Irak, tratarán de hacer que se detenga el buque dándole instrucciones por radio, posteriormente con disparos de advertencia y finalmente se verán obligados a abordarlo.
El ataque, encuadrado en la Operación Libertad Duradera, se saldó con un éxito rotundo. El buque, procedente de Corea del Norte, transportaba una carga de 15 misiles Scud, 15 cabezas de combate convencionales con 250 kg de explosivo, 23 depósitos de combustible de ácido nítrico y 85 bidones de productos químicos, requisándose todo el cargamento.1Yemen comunicó posteriormente el hecho de que la carga les pertenecía y protestó contra la intercepción, ordenando los Estados Unidos su devolución.23
DESARROLLO DE LA OPERACIÓN.
El 7 de diciembre el gobierno de los Estados Unidos solicitó a España que localizara e interceptara un buque sospechoso de transportar armas a Irak desde Corea del Norte y que se dirigía a una zona cercana a la zona de operaciones de la Task Force en donde actuaba la flota española próxima a la isla de Socotra, motivo por el que se la conoció como Operación Socotra, en su inicio.
Avistado el buque a varios cientos de millas al sureste de Socotra, la fragata Navarra ordenó al buque repetidas veces que se detuviera para facilitar su inspección, tal y como se venía haciendo ya de forma habitual desde octubre de 2001. Sin embargo, la respuesta del capitán fue muda, así que se puso en marcha una fase disuasoria que la diplomacia en alta mar obligó a prolongar, en este caso, durante unas tres horas y media.
Desde los barcos españoles, comenzaron los disparos de aviso. Los primeros, hasta un total de cuatro, fueron lanzados al agua, a la altura de la proa del buque. Los siguientes, realizados con un fusil, se dirigieron al casco del barco, sin intención de herir, sólo de advertir a sus tripulantes. Transcurridas ya tres horas de espera, el capitán del So San no varió su postura, de modo que se optó por el asalto del buque. La última transmisión por radio al mercante se realizó para advertirles que el buque iba a ser abordado y que nadie debería asomarse por las ventanas y escotillas.
Para facilitar la maniobra de abordaje del helicóptero, tiradores de élite rompieron los cables que cruzaban de un lado a otro del barco. Pocos minutos después un helicóptero salió de la fragata para cubrir a otro que saldría del Patiño con el Tercer ESTOL de la Unidad de Operaciones Especiales de Infantería de Marina, que depositó siete infantes de marina sobre la cubierta del barco. El puente de mando, donde se encontraban los cinco tripulantes del barco, fue tomado sin resistencia, arrestando a los cinco.
Una vez tomado el control del barco, el contralmirante Moreno, que dirigía la operación, envió otra embarcación de auxilio con siete hombres más como dotación de presa procedente del Patiño, que prestarían apoyo a sus compañeros de a bordo. Además, accedió al mercante el equipo de visita y registro procedente de la fragata Navarra, cuya misión era revisar la documentación del So San.
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